Hace muchos años, un joven princesa vivía en un pequeño palacio situado a las afueras de un pueblo llamado Cantuflas. Ella era rubia, alta y tenía los ojos verdes. Poseía un carácter simpático y bondadoso. Sus padres, los reyes del pueblo, la querían por encima de todo.
Un día soleado, Lorena salió al campo en busca de bellas flores cuando, de repente, sintió la presencia de otra persona y se giró:
- ¿Quién hay ahí?- preguntó la joven.
- Tranquila, sólo quiero hablar contigo. Llevo varios años intentando conquistarte, pero veo que nada de lo que hago da fruto, asi que he decidido buscarte y declararme.
Ella quedó estupefacta y salió corriendo. Pasaron varios días y la princesa comenzó a darse cuenta que estaba enamorada de este caballero. Por este motivo, al amanecer del día siguiente, se armó de valor y fue a buscarle. Comenzó por el mercado, pasó por la cantina, la hospedería… pero no encontró a su caballero. Lorena, muy apenada, volvió a su palacio. Los reyes, que jamás habían visto así a su hija, dieron orden de buscar a este hombre.
Finalmente, tras una larga búsqueda, encontraron al caballero. Él y la princesa tuvieron varios años de noviazgo antes de su enlace matrimonial. Tuvieron tres hijos y fueron felices para siempre.
“ SI ES DIFÍCIL, ES PORQUE MERECE LA PENA…”
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